La posible suspensión de la elección provincial del 14 de mayo estaría en manos de Ricardo Lorenzetti, mientras que la inhabilitación de la candidatura a vicegobernador de Juan Manzur dependería de lo que resuelvan Horacio Rosatti y de Carlos Fernando Rosenkrantz. Puede parecer especulativo, pero es lo que se desprende de un atento seguimiento de los trámites judiciales en la Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto de esas dos causas, que desvelan tanto a oficialistas como a opositores en la provincia. Porque ya sea que la Corte decida no intervenir y mirar para otro lado o bien que disponga alguna sentencia, el aspecto jurídico tendrá implicancias políticas y derivaciones que posiblemente terminen beneficiando a unos y perjudicando a otros. Sólo quedan cinco días hábiles para que surja algún fallo que altere el panorama electoral, cinco días cargados de nervios, dudas, ansiedades e incertidumbre en los principales actores involucrados en la trama judicial.
Si se observan los movimientos de esos dos expedientes judiciales y de otros referidos al proceso electoral de Tucumán se verá que las demandas realizadas por el Partido por la Justicia Social son las que están más avanzadas en el edificio de la Corte. Hasta el viernes hubo traslados, ingresos y egresos de oficinas, para sorpresa de los que están pendientes de los actos de la Justicia. Los más inquietos y ansiosos esperaban que el jueves hubiera novedades, era el día “D” para alterar el tablero electoral y político, estaban atentos a los “contactos” en la Capital Federal y a la página del Poder Judicial de la Nación. Sin embargo, nada sucedió. Faltaron firmas. O ganas de inmiscuirse.
Lo cierto es que por estos lares unos respiraron aliviados, mientras que otros mantienen sus esperanzas de que durante la semana que viene se produzcan novedades. Será una semana de nervios y de tensión, ocultos detrás de conductas de aparente tranquilidad y confianza; también de ansiedades y de ruegos detrás de forzadas imágenes de calma. De uno y otro lado la atención se centrará en la Corte. Como se sabe, son varios los recursos que llegaron al máximo tribunal en contra de la postulación a vicegobernador de Juan Manzur y en reclamo de la suspensión de los comicios del domingo que viene. Pero sólo esas dos están más próximos a una definición, según el avance de los expedientes.
Por ejemplo, la acción declarativa de certeza de CREO, impulsado por la diputada nacional Paula Omodeo, contra la habilitación de la candidatura de Manzur, registra desplazamientos por las secretarías hasta el 24 de abril; sin embargo, el recurso que ingresó a los despachos de los cuatro jueces el 19 de diciembre no registra salidas de las oficinas de ninguno de ellos desde ese día; es decir que ni siquiera opinaron.
Otra demanda, la de Martín Augier, pidiendo la inhabilitación de la postulación del actual gobernador y la consecuente suspensión de la votación del 14, sorpresivamente aparece con movimientos internos hasta el viernes pasado, pero sólo llegó a manos de dos jueces, uno de ellos Juan Carlos Maqueda. En ese marco de avances, de idas y vueltas, de pases de oficina en oficina, los planteos de Germán Alfaro, con el patrocinio de José Roberto Toledo y de Alberto Fernando Garay, tienen más posibilidades de encontrar eco en la Corte en los próximos días, de acuerdo a las fechas de los trámites que se van concretando. Lo que no quiere decir que vaya a suceder.
De cualquier forma, por acción u omisión, la Corte Suprema de Justicia de la Nación será el actor político excluyente de los días por venir, sobre la que se posará toda la atención de la dirigencia. En el medio cabe mencionar la opinión no vinculante de la procuradora general de la Nación, Laura Monti, pero como toda una curiosidad, ya que brinda dos opiniones contradictorias en su resolución. Y lo hace para ambos casos, en el de la solicitud de inhabilitación de la candidatura de Manzur y en el pedido de suspensión de los comicios. Y calcadas en su redacción, en ambos casos. Algo así como decir que sí y que no a la vez. Opino que el proceso resulta ajeno al conocimiento del Tribunal, dice en el anteúltimo párrafo de su dictamen deslizando que no es necesario que los jueces se inmiscuyan; y en el último párrafo apunta: la Corte podría decidir la intervención procesal que considere pertinente. Opina que no, pero habilita a que sí. En el barrio dirían que no se jugó la funcionaria, o que se sacó la responsabilidad.
En síntesis, todo está en manos de los jueces: el futuro de Manzur y el de la elección. Si atienden a la primera sugerencia de Monti ni deberían intervenir; si hacen caso a la segunda indicación podrían fallar. A la causa por la inhabilitación de la candidatura del médico sanitarista, expediente 231/2023, la han recibido Maqueda y Lorenzetti y han despachado el trámite en distintas fechas; el primero lo hizo de un día para el otro y el segundo el mismo día, el miércoles 3 de mayo, lo recibió y lo despachó ahí nomás. Llamativo lo del ex presidente de la Corte; o no firmó nada y lo pasó rápidamente o bien decidió raudo su voto ya que debía armar su viaje a Italia, ya que el viernes estuvo en el Vaticano, al lado del papa Francisco. Mientras tanto los otros dos vocales, Rosatti y Rosenkrantz tienen en sus escritorios desde ese mismo miércoles el expediente; lo que lleva a pensar que de estos dos jueces, señalados como magistrados alineados al macrismo -son los que el ex presidente Macri había designado por decreto como miembros de la Corte-, depende la suerte de la candidatura del actual gobernador de la provincia.
En el entorno de Manzur aseguran que el ex jefe de Gabinete está tranquilo, sin embargo las especulaciones generan dudas e incertidumbre. Ahora bien, si la Corte resuelve que Manzur no puede ser candidato, ya sea antes o después de los comicios, generará un hecho inédito en Tucumán, una situación no contemplada en las leyes ni en la Constitución; por lo que, además de dar las razones jurídicas para vetar la postulación -dependiendo de la fecha en que pueda salir la sentencia, en la semana que viene o luego de la votación- debería sugerir cómo se tendría que reemplazar al candidato. Se generaría un gran conflicto político y electoral, sobre cómo llenar ese cargo que quedaría vacante, máxime si el oficialismo se impone.
La Carta Magna provincial sólo refiere a que en caso de muerte, renuncia, enfermedad, ausencia u otro impedimento del gobernador, sus funciones serán desempeñadas por el vicegobernador (artículo 91), pero nada apunta en el caso inverso.
Podría tenerse en cuenta el párrafo que menciona lo siguiente: cuando un impedimento permanente afectare, antes de la asunción, a quien fue electo gobernador, el vicegobernador asumirá el cargo de gobernador y lo desempeñará hasta finalizar el período constitucional por el que fueron electos. Se podría hacer extensiva la idea a quien sea elegido presidente subrogante de la Legislatura, pero sólo cabe especular; sería la Corte la que debería ofrecer una salida dependiendo de cuándo resuelva el planteo. Si es que lo hace, claro, atendiendo a la segunda opinión de la procuradora Monti. Aunque, bien podría escudarse en la primera opinión de la funcionaria si no quiere arriesgar una sentencia y evitar sentar jurisprudencia en un caso delicado y polémico.
En cuanto al expediente 204/2023, que refiere al pedido del PJS de suspender los comicios por entender que se viola la letra de la Constitución provincial, Lorenzetti parece ser el protagonista central de la trama. Eso es así a partir de observar el traslado del trámite de la oficina de un juez supremo al otro. El caso ingresó primero al despacho de Maqueda, el 4 de abril y salió el 10 y luego pasó a los de Rosatti y Rosenkrantz, los que se desprendieron de la carpeta el 28 de abril y el viernes último. Justamente este último día, hace 48 horas, el expediente tiene fecha de ingreso al despacho de Lorenzetti, cuando este estaba en Roma escuchando a Leon Gieco cómo le cantaba a Bergoglio Sólo le pido a Dios, que lo injusto no me sea indiferente. La especulación permite pensar que a su regreso debería estampar la firma en una posible sentencia, si es que hay un texto y que, por ende, de él dependería la suerte de los comicios del 14 de mayo.
Nadie puede dar por seguro qué puede pasar, cómo resolverán los jueces la situación política y electoral de Tucumán, lo único seguro es que habrá dirigentes nerviosos, unos rogando que haya una resolución judicial y otros rezando para que la Corte mire para otro lado y que no tenga en cuenta lo que sucede a 1.200 kilómetros. De cualquier forma, por más que la Corte se pueda convertir en un actor político, ni el oficialismo ni la oposición pueden detener sus acciones proselitistas, ni frenar la campaña en función de especulaciones sobre lo que podrían decidir los jueces. La votación está encima y es en estos días en los que la maquinaria territorial institucionalizada del oficialismo pone el pie en el acelerador, cuando el PJ aceita todos los mecanismos electorales para retener el poder. Lo mismo vale para los opositores.
En el medio vale mencionar una curiosidad de la campaña, reveladora por cierto, respecto de las visitas de referentes nacionales a la provincia: el oficialismo no invitó a ninguna figura nacional y la oposición trae a todos los que puede: Rodríguez Larreta y Milei, por ejemplo. Si Gerardo Morales gana hoy en Jujuy capaz durante la semana aparecerá al lado de la dupla Sánchez-Alfaro para contagiar entusiasmo. Esta situación pone de manifiesto que para el oficialismo no hay figuras políticas que contagien optimismo, por el contrario, no se ve a dirigentes ganadores. La apuesta del Gobierno provincial, como en los últimos lustros, es el acople, a la provincialización y, ahora, a que la Corte no le arruine la elección.